La batalla de la Reserva de Chosin, 27/11/1950

La batalla de la Reserva de Chosin, fue una de las batallas más importantes de la Guerra de Corea (1950-1953). La entrada de China en el conflicto, apoyando a Corea del Norte, cambió el curso de la guerra por completo; los surcoreanos y sus aliados de la ONU se vieron privados de la victoria final, que hasta entonces parecía estar al alcance de la mano, y fueron obligados a retroceder hasta el paralelo 38, o lo que es lo mismo, a la frontera artificial que dividía Corea en dos países con sistemas políticos completamente opuestos: Corea del Norte, comunista y Corea del Sur, capitalista. Militarmente, la batalla supuso un duro golpe para el Décimo Cuerpo de Ejército Norteamericano, que de pronto se vio cercado por los ejércitos chinos y tuvo que realizar un dramático esfuerzo para romper el cerco y escapar hacia el sur evitando así el aniquilamiento. Pero lo más destacado fue que ésta batalla reinstauró el equilibrio de poder entre ambos bandos.

 

 

1 – Preludio:

Tras el desembarco de Inchon, acontecido el 15 de septiembre de 1950, el arrollador avance de las tropas norteamericanas del general Mc Arthur a través de Corea del norte había empujado a las tropas norcoreanas hasta la frontera con China. Parecía que solo faltaba un último empuje más y la guerra acabaría con una rotunda victoria de Corea del Sur y sus aliados de la ONU. Sin embargo, el gobierno comunista de China había decidido respaldar a Corea del Norte, ya que veía como una amenaza tener a los surcoreanos, capitalistas y pro-occidentales, en su frontera sur. El 19 de octubre de 1950 miles de soldados chinos comenzaron a infiltrarse secretamente en Corea del Norte para desencadenar una contraofensiva.

 

Pese a tener la supremacía aérea, el movimiento de estas ingentes cantidades de soldados chinos y de suministros pasó completamente inadvertido para los aliados.
Otro factor que permitió la infiltración masiva de los ejércitos chinos fue la poca importancia que los aliados les otorgaban, considerándolos poco más o menos como una turba de campesinos sin experiencia militar y sin armas.

 

Además, si los aliados habían conseguido derrotar al ejército norcoreano, armado y entrenado por los soviéticos: ¿No sería aún más fácil derrotar a los inexpertos chinos? Los hechos posteriores demostrarían que los aliados estaban completamente equivocados y que su opinión sobre el soldado chino era completamente errónea.

 

Mientras tanto, Mac Arthur seguía adelante con su ofensiva destinada a obtener la victoria final. El 8º Ejército Norteamericano (135.000 hombres al mando del general) avanzaba por la costa oeste de Corea del Norte y el 10º Cuerpo de EEUU (100.000 hombres al mando del general Edward Almond), tras desembarcar en Wonsan, avanzaba por la costa este, para acabar con los últimos núcleos de resistencia norcoreana. Ambos cuerpos estaban apoyados por divisiones de soldados surcoreanos y tropas de la ONU.

 

El 25 de octubre de 1950 el 42º Cuerpo de Ejército Chino (situado al sur de la reserva del lago Chosin, en la costa noroeste de Corea) atacó por sorpresa a la 6ª División Surcoreana en el paso de Funchilin, que resultó destrozada tras el duro combate. La 1ª división de caballería de EEUU acudió en ayuda de los surcoreanos pero también fue obligada a retroceder tras duros combates.

 

Días después la 124ª división china atacó también a los soldados surcoreanos, sin embargo, esta vez el 7º Regimiento de Marines acudió al rescate y consiguió derrotar a los chinos, obligándoles a retirarse tras tres días de intensos combates en los que causaron más de 1.500 muertos a las tropas chinas. El 42º Cuerpo de Ejército Chino también se retiró hacia el lago de Chosin, la principal fuente de energía hidroeléctrica de Corea del Norte y los aliados, confiados en su superioridad continuaron su avance, para intentar acabar la guerra en Navidad.

 

Según las fuentes chinas de hoy en día, la retirada china no estaba provocada por los ataques aliados, sino que formaba parte de un meticuloso plan que tenía el objetivo de atraer al 10º Cuerpo hacía la Reserva de Chosin para en ese difícil terreno rodearlo y destruirlo. En mi opinión, esta información es cuanto menos dudosa y el plan de contraataque chino surgió sobre la marcha, como una adaptación a los acontecimientos.

 

Continuando el avance a través de la Reserva, la 1ª División de Marines, al mando del general Oliver Smith, tomó fácilmente la estratégica localidad de Yudam-ni, mientras que un regimiento de la 7ª División de Infantería avanzaba hacía Sinhung-ni para proteger el flanco derecho.

 

El flanco izquierdo era protegido por la 3ª División de Infantería de EEUU. En total, las tres divisiones citadas que componían junto al 41 Comando británico el 10º cuerpo, ocupaban un frente de 640 kilómetros, estando quizás demasiado esparcido para afrontar la inminente ofensiva china.

 

El ejército chino había recibido órdenes del propio Mao Zedong, el antiguo guerrillero reconvertido en máximo dirigente de la nueva China Comunista, para lanzar una ofensiva que aniquilara definitivamente a las divisiones surcoreanas y a los marines norteamericanos. Para ello, el 9º ejército chino (100.000 hombres) penetró en Corea del Norte el 10 de noviembre de 1950, siendo su llegada inadvertida por las tropas de la ONU. Siete días más tarde, el 9º ejército llegó a la Reserva de Chosin, relevando a las tropas del 42º cuerpo de ejército chino que mantenía posiciones al norte de Yudam-ni.

 

El plan chino para destruir al 10º Cuerpo era sencillo y tremendamente eficaz, el 9ª ejército atacaría las guarniciones de Yudam-ni and Sinhung-ni, y avanzaría posteriormente hasta la localidad de Hagaru-ri. Posteriormente, avanzarían para cortar la carretera entre Hagaru-ri and Hungnam, con lo que conseguirían cercar a las tropas de la ONU para posteriormente destruirlas. El mayor punto a favor para los chinos era que su ofensiva y sus planes habían pasado completamente inadvertidos para los servicios de inteligencia de los aliados. En todo lo demás excepto en número de tropas, estaban en desventaja: no tenían tanques, su artillería pesada era muy lenta, no tenían apoyo aéreo efectivo ni barcos de guerra.

 

Muchos soldados carecían de armas de fuego, teniendo que luchar solo con granadas de mano, carecían de ropa de invierno adecuada al duro clima norcoreano, tenían poca comida e ineficientes y a veces inexistentes servicios sanitarios… morían muchos más soldados chinos de hambre, congelamiento y enfermedades que en combate. Sin embargo, todas estas dificultades no afectaban su moral y solo servían para endurecerlos, eran hombres con una mentalidad cercana al fanatismo y un valor individual excepcional, no temían a la muerte de la misma manera que la temían los occidentales y eran capaces de morir a miles sin cuestionar las ordenes.


2 – La Batalla:

En la noche del 27 de noviembre de 1950, se desató el infierno contra las posiciones norteamericanas; dos unidades del 9º ejercito: el 20º Cuerpo de Ejército y el 27º Cuerpo lanzaron múltiples ataques a lo largo de la carretera entre la Reserva de Chosin y Koto-ri, cortando así las comunicaciones del 10º cuerpo norteamericano y aislándolo. En Yudam-ni, los regimientos: 5º, 7º y 11º de la 1ª División de Marines fueron atacados por las divisiones chinas 59ª, 79ª y 89ª, las cuales consiguieron rodear y cercar a los Marines. Del mismo modo, las divisiones chinas 80ª y 81ª aislaron a los marines del Equipo de Combate 31, (Combat-Team 31) que guarnecían Sinhung-ni. Por último, la 60ª división china cercó a parte del 1º Regimiento de Marines en Kotor-ri. Los ataques chinos cogieron completamente por sorpresa a los norteamericanos, los cuales a duras penas consiguieron defenderse en una noche llena de caos, confusión, asaltos masivos y emboscadas chinas. Al día siguiente, los Marines del 10º cuerpo descubrieron que habían quedado cercados en las principales localidades de la zona: Yudam-ni, Sinhung-ni, Hagaru-ri y Kotor-ri. Su única esperanza era romper el cerco para restablecer el frente o escapar de las bolsas antes de que estas se cerraran por completo.

 

El General Smith, jefe de la 1ª División de Marines, reaccionó al ataque rápidamente. El mismo día en que éste acontecía, ordenó al 5º Regimiento de Marines, cercado en Yudam-ni, atacar hacia el oeste, en dirección a Mupyong-ni para romper el cerco. Sin embargo, el ataque del 5º Regimiento fue rechazado por la 89ª División china, atrincherada en las alturas circundantes a Yudam-ni. Durante la noche del día 28, cinco batallones chinos de la 79ª división atacaron Yudam-ni por el norte con el objetivo de aniquilar rápidamente a los marines que defendían la localidad. Tras un duro combate cuerpo a cuerpo, los marines del 5º y 7º Regimiento consiguieron finalmente expulsar a los soldados chinos de sus posiciones, aunque sufrieron muchas bajas en el proceso. Por otro lado, los cinco batallones chinos que atacaron Yudam-ni sufrieron tantas bajas que su capacidad de combate disminuyó a menos de la mitad.

 

Mientras acontecía la batalla de Yudam-ni, la 59ª División china, intentaba bloquear por completo la carretera entre Yudam-ni y Hagaru-ri, atacando a las compañías “Charlie” y “Fox” del 7º Regimiento de Marines que habían quedado aisladas mientras intentaban mantener la carretera abierta. El resto de compañías del 7º Regimiento intentaron rescatarlas pero solo consiguieron abrir la ruta para que la compañía “Charlie” regresara a Yudam-ni.


La compañía “Fox” quedó definitivamente aislada defendiendo el paso Toktong, pero gracias al apoyo aéreo por lo menos consiguió resistir los asaltos chinos durante cinco días dando así un valioso tiempo al resto de tropas.

La tenaz Resistencia norteamericana y las enormes bajas sufridas hicieron que el comandante del 9º ejercito; Song Shi-Lun ordenara detener los ataques contra los regimientos de la 1ª División de Marines acantonados en Yudam-ni y concentrarse en atacar a los sitiados en Sinhung-ni y Hagaru-ri.

 

Mientras el 10º Cuerpo era atacado en Chosin, en la costa occidental, el 8º Ejército Norteamericano fue obligado a retirarse tras ser derrotado en la Batalla del río Ch’ongch’on. Esta retirada impedía que el 8º Ejército acudiera en ayuda del 10º Cuerpo, por lo cual, a MacArthur no le quedó más remedio que ordenar al general Almond, jefe del 10º Cuerpo, emprender la retirada hacía el puerto de Hungnam para escapar del cerco chino.

 

Siguiendo las órdenes de Almond, el 30 de noviembre el general Smith ordenó al 5º y al 7º Regimiento de Marines que rompieran el cerco de Yudam-ni y emprendieran la marcha hacía Hagaru-ri. En este contexto es cuando el general Smith, al ser preguntado por los periodistas si se estaban retirando exclamó: “Retreat, hell! We’re not retreating; we’re just advancing in a different direction.” (¡Al infierno con la Retirada!, no nos estamos retirando, simplemente avanzamos en otra dirección).

 

Para romper el cerco, los Marines formaron un convoy encabezado por un tanque M4A3 Sherman y el 3º Batallón del 5º regimiento, mientras que los otros tres batallones del regimiento cubrían los flancos y la retaguardia. Al mismo tiempo, el 1ª Batallón del 7º Regimiento de Marines atacaría junto a la compañía Fox el Paso de Toktong para abrir la carretera hacía Hagaru-ri. Por otro lado, el 3º Batallón del 7º Regimiento asaltaría las colinas 1542 y 1549, (en vez de usar nombres las colinas y montañas se denominaban por su cota de altitud) para evitar que los chinos pudieran atacar desde ellas la carretera. Todos estos movimientos estarían apoyados por la 1ª ala de combate de la Fuerza Aérea de los Marines.

 

El 1 de diciembre comenzó la operación de ruptura del cerco con el asalto a las Colinas 1542 y 1549, pero los tenaces defensores chinos: el 157º regimiento de la 59ª división, impidieron a los marines tomar las cimas y les obligaron a atrincherarse a media colina para desde allí cubrir con su fuego al convoy que escapaba. Al darse cuenta de que la presa intentaba escapar, los chinos lanzaron furiosos ataques contra Hagaru-ri, que resistió formidablemente y contra Yudam-ni cubierta por la retaguardia de los marines, la cual pudo resistir hasta el día siguiente en que comenzó a retirarse.

 

El convoy había conseguido escapar de Yudam-ni, pero para llegar a Hagaru-ri debía atravesar el Paso de Toktong, cuya conquista emprendió el 1º Batallón del 7º de Marines (junto a la compañía “Fox”) arrasando cuantas posiciones defensivas chinas encontraba a lo largo de la carretera. Al amanecer del día 2 de diciembre la compañía “Fox” ocupaba el paso: la ruta hacía estaba abierta de nuevo. Pese a tener la carretera abierta, la marcha fue sumamente difícil para el convoy de los marines, sufriendo constantes ataques nocturnos y emboscadas, que sumadas al frío les causaron cuantiosas bajas. Esta ruta infernal acabaría cuando el convoy alcanzó Hagaru-ri al atardecer del día 4 de diciembre. La retirada había sido un éxito.

 

Como podemos deducir del episodio narrado, la clave para que fuera posible la durísima retirada de la 1ª División de Marines había sido la localidad de Hagaru-ri. Si los chinos la hubieran conquistado hubiera sido casi imposible la retirada de los norteamericanos de Yudam-ni. Pero Hagaru-ri resistió y lo hizo en parte gracias a la tenaz resistencia del Equipo de Combate 31 (Regimental Combat Team 31 o RTC-31) que liderado por el Teniente Coronel Don Carlos Faith defendió las localidades de Sinhung-ni y Hudong-ni absorbiendo un gran número de tropas atacantes chinas e infringiéndoles enormes bajas.

 

El RTC-31 era un grupo de combate del tamaño de un regimiento reforzado, sus tropas pertenecían a la 7ª División de infantería de EEUU y era el encargado de proteger el flanco derecho del avance hacia el norte. Antes del ataque chino, el RTC-31 estaba dispersado por los alrededores de Sinhung-ni, y del pueblo de Hudong-ni. La noche del ataque (27 noviembre) el RTC-31 fue sorprendido por tres regimientos de la 80ª división china, sufriendo numerosas bajas en el combate y quedando separado en tres partes. Los comandantes chinos pensaban que habían aniquilado al Regimiento, pero su sorpresa fue mayúscula cuando éste contraatacó y les obligó retroceder. Sobreestimando la fuerza del RTC-31, el general Almond se reunió con los oficiales del Regimiento y además de premiarles con la Estrella de Plata (medalla al valor) les ordenó atacar hacía el norte para abrir la carretera y destruir a los “remanentes” del ejército chino. Una auténtica locura a la que respondió Carlos Faith tirando a la nieve la estrella de plata que le acababa de entregar Almond. Las fuerzas chinas en el sector no paraban de aumentar y un ataque contra ellas era una locura, bastante tendrían los norteamericanos con poder defenderse en sus posiciones.

 

La noche del 28 de noviembre, la 80º División china lanzó tres regimientos al asalto contra el RTC-31, pero el ataque fue una debacle, ya que los defensores usaron las ametralladoras y cañones antiaéreos contra ellos lanzando un devastador fuego que les causó tremendas pérdidas. Sabedor de que los continuos ataques chinos podían provocar el exterminio del regimiento, el general Almond ordenó a la 31ª Compañía de Tanques que acudiera al rescate del asediado RTC-31. Otra auténtica barbaridad cometida por Almond ya que el escabroso terreno era completamente inadecuado para el uso de tanques y más aún sin el apoyo de tropas de infantería. Por ello, el ataque de los tanques fracasó estrepitosamente, quedándose muchos averiados, encallados en senderos del camino o destruidos por soldados chinos que realizaban cargas suicidas con explosivos. (Los chinos carecían de armas antitanque portátiles y solo contaban con algún cañón sin retroceso para defenderse de estos mastodontes blindados).

 

El 30 de Noviembre los norteamericanos se retiraron de Hudong-ni para reforzar las defensas de Hagaru-ri, dejando abandonado al RCT-31 que aún resistía tenazmente en Sinhung-ni. Sin embargo la continua llegada de tropas chinas obligó al Teniente Coronel Faith a jugarse el todo por el todo ordenando a sus hombres romper el cerco para llegar a Hagaru-ri o morir en el intento. Apoyados por lanzamientos de napalm que realizaba la aviación sobre los soldados chinos, el RTC-31 se puso en marcha el 1 de diciembre formando un convoy con los vehículos antiaéreos que tenían cubriendo el avance. A lo largo de la ruta, el convoy recibía constantes disparos de soldados chinos, muriendo muchos conductores de camiones y los soldados que viajaban dentro. A la altura de la colina 1221 el convoy se encontró con la carretera bloqueada por las tropas chinas. La única esperanza era romper el bloqueo, pero los asaltos contra la posición no pudieron desbloquearla por completo, la feroz resistencia china y las grandes bajas sufridas obligaron a los norteamericanos a conformarse con desbloquearla parcialmente. El Teniente Coronel Faith decidió lanzar un último asalto con objeto de tomar la cima de colina y destruir el bloqueo por completo, pero murió al ser alcanzado por una granada china. Pese a no contar ya con el brillante liderazgo de Faith, los 1000 supervivientes del RTC-31 consiguieron alcanzar penosamente Hagaru-ri, solo quedaban 385 hombres en condiciones de combatir pues el resto de soldados estaban heridos o enfermos por la acción del intenso frio.

 

Pese a sufrir enormemente, el RTC-31 había distraído a un gran número de soldados chinos y había causado enormes bajas al enemigo, dando asín un tiempo vital para que los defensores de Hagaru-ri pudieran reforzar las defensas e impedir que esta localidad cayera en manos del enemigo. Como señalaba antes, la clave de toda la Batalla estaba en conservar Hagaru-ri para mantener abierta la ruta de escape.

 

La importancia de Hagaru-ri era enorme, no solo era el cuartel general de la 1ª División de Marines sino que también era el principal depósito de suministros de los marines e incluso contaba con un aeródromo a medio construir. El día del ataque, la localidad estaba defendida por dos batallones de marines y tropas de ingenieros y de apoyo logístico del ejército. Estas tropas consiguieron a duras penas resistir los ataques de dos regimientos chinos de la 58ª División. Para su suerte para ellos, el hambre que tenían los soldados chinos les hizo ganar tiempo, cuando los chinos empezaron a saquear los almacenes norteamericanos en busca de comida y ropa en vez de continuar la conquista del pueblo. Un contraataque norteamericano permitió expulsar a los saqueadores chinos y restablecer las defensas. Solo una colina al este del perímetro quedó en manos chinas. Los continuos ataques aéreos impidieron a los chinos volver a lanzar nuevos ataques al día siguiente.

 

Viendo la importancia estratégica de poseer Hagaru-ri para mantener las posiciones al norte de ésta localidad, el general Smith ordenó que se formara una Fuerza de Tareas (“Task Force”), es decir un grupo de combate con el que abrir la carretera que llegaba desde sus posiciones en el sur hasta Hagaru-ri y reforzar la guarnición de ésta.

 

Ésta Fuerza de Tareas se formaría con el 41º Comando de los Marines Reales Británicos (41 Royal Marine Commando), la compañía G del 1º Regimiento de Marines y la compañía B del 31º regimiento de infantería. Se la denominó “Task Force Drysdale” en honor al teniente coronel Douglas Drysdale, jefe del 41º Comando y de la Fuerza de Tareas.

La Fuerza de Tareas partió hacía el norte la noche del 29 de noviembre, pero nada más empezar su avance se encontró con furiosos ataques de la 60ª División china, sufriendo muchas bajas y quedando su convoy partido en dos mitades. La primera mitad, que marchaba en cabeza con 300 hombres, consiguió llegar a Hagaru-ri esa misma noche pasando inmediatamente a reforzar las defensas. La segunda mitad, que marchaba en retaguardia fue aniquilada por los ataques chinos.

 

Al día siguiente llegaron nuevos refuerzos provenientes de Hudong-ni (como comenté antes dejando solos a los hombres del RTC-31). Estos refuerzos permitieron a la base resistir los continuos ataques de la 58ª División china, la cual había perdido ya más de 1500 hombres en sus cargas suicidas contra las defensas norteamericanas. Los soldados supervivientes de la división continuaron atacando hasta que está unidad dejó de existir como unidad de combate por falta de efectivos. Los chinos enviaron al 26º cuerpo de ejército a ocupar el puesto de la 58ª División, pero ya era demasiado tarde, las tropas que escaparon de Yudam-ni habían llegado y el aeródromo estaba abierto al tráfico aéreo, permitiendo así la llegada de refuerzos a la localidad.

 

3 – La Retirada y Evacuación:

Tras contar anteriormente como las diferentes unidades norteamericanas resistieron en sus diferentes lugares hasta concentrarse en Hagaru-ri, ahora pasaré a narrar los hechos de cómo estas unidades escaparon del cerco chino hasta llegar al puerto de Hungnam para ser evacuadas. Tras un breve descanso, el 6 de diciembre comenzó la retirada hacia el sur, con el 7º Regimiento de marines en vanguardia de la columna de vehículos y el 5º cubriendo la retaguardia. El 26º Cuerpo de ejército chino acababa de llegar a la zona también, relevando a las duramente castigadas divisiones 58ª y 60ª, y dispuesto a no dejar escapar a los norteamericanos. Esa misma noche, mientras el 7º de marines habría la carretera hacia el sur destruyendo cuantos bloqueos chinos encontraba, las divisiones 76ª y 77ª del 26º Cuerpo atacaron Hagaru-ri defendida por el 5º de marines, sufriendo numerosas bajas y al mismo tiempo atacando a la columna central del convoy, donde tuvieron más suerte, ya que causaron un gran caos y confusión entre los norteamericanos causándoles grandes bajas en los duros combates nocturnos aunque finalmente fueron rechazados. Pese a todo, el 7º de marines había logrado su misión abriendo la carretera hacía Koto-ri a donde llegó el resto de la columna el día 7 de diciembre. Las únicas tropas chinas que se interponían entre la columna y el puerto de Hungnam eran pequeñas unidades de las castigas 58ª y 60ª División que estaban atrincheradas en el paso de Funchilin. Los chinos intentaron volar el puente que cruzaba el paso en su camino al sur, pero carentes de explosivos potentes solo consiguieron dañarlo. Cuando los marines de vanguardia expulsaron a los chinos del paso, encontraron que muchos se habían quedado congelados en sus pozos de tirador y trincheras.

 

El puente continuaba en pie pese a los sucesivos intentos chinos por volarlo, así que en poco tiempo los ingenieros norteamericanos lo repararon y pudieron continuas su retirada el día 9 de diciembre. Los escasos soldados chinos continuaron hostigando a las tropas norteamericanas en retirada, pero no consiguieron siquiera retrasarles. El día 11 de diciembre, el último soldado norteamericano cruzo el Paso de Funchilin. Ese mismo día, al atardecer, la vanguardia alcanzó el puerto de Hungnam. Los norteamericanos se habían salvado de ser destruidos en el cerco de la Reserva de Chosin. 193 barcos de la armada evacuarían de Hungnam a todas las tropas, 105.000 hombres, 90.000 civiles y todo el equipo pesado, llevándolos a Pusan, al sur de Corea. Después el puerto fue destruido para impedir que los chinos pudieran usarlo. Acababa la batalla de la Reserva de Chosin y tocaba hacer balance.

 

4 – Consecuencias:

La Batalla de la Reserva de Chosin fue la primera gran derrota norteamericana en una batalla desde la Segunda Guerra Mundial. Solo la tenacidad de los marines, muchos de ellos veteranos de la anterior guerra, impidió que las tropas norteamericanas fueran aniquiladas. El cerco chino había resultado ser una maniobra magistral, estratégicamente, los chinos habían demostrado tener un gran nivel operativo y solo sus deficiencias tácticas les impidieron obtener una victoria aún mayor.

 

Tácticamente, los marines habían demostrado su superioridad, causando cerca de 20.000 bajas a los chinos. A estas bajas en combate habría que sumar otros 29.800 hombres que habían sucumbido al frio y a la enfermedad. Este número de bajas tan alto es entendible si pensamos en que los chinos atacaban posiciones fortificadas sin apoyo alguno y muchas veces solo con un puñado de granadas, sufriendo ataques artilleros y bombardeos constantes de aviación que les lanzaba el mortífero “napalm”. La cantidad tenía que imponerse y era la única baza de un país superpoblado pero falto de tecnología.

 

Por su parte los norteamericanos sufrieron 15.000 bajas, de las cuales solo la mitad habían sido en combate, siendo el resto a causa de la congelación. El termino “baja” se aplica a la suma de muertos y heridos, tengamos en cuenta para saber el número de muertos que mayormente por cada muerto hay de 3 a 5 heridos y que depende del sistema de salud de cada ejército que estos heridos sobrevivan, en el lado chino los muertos era siempre más numerosos por el deficiente sistema de salud militar que tenían.

 

La victoria de la Reserva de Chosin sumada a la victoria obtenida en el oeste tras la Batalla del río Ch’ongch’on permitieron a los chinos ocupar totalmente Corea del Norte, llevando de nuevo la guerra hasta el sur. En los siguientes dos años, la Guerra de Movimientos con la que había empezado la contienda se transformó en una dura guerra de trincheras a lo largo de la frontera entre ambas coreas, que perduró hasta el armisticio firmado el 27 de julio de 1953.

 

La Guerra de Corea fue la primera guerra que EEUU no pudo ganar y la guerra que permitió a China volver a ser una potencia determinante en Asía.

 

 

Fuente: senderosdelahistoria (Marco Antonio Martín García)

Escribir comentario

Comentarios: 0